En nuestra sociedad se comparte la obsesión por la juventud, lo que se podría denominar como la cultura de la juventud, dirigida a cómo producimos un enlentecimiento real del proceso de envejecimiento. La mayor parte de estas acciones son invasivas y dermatocosméticas, como:
- Cirugía plástica
- Lipoescultura
- Implantes dérmicos, subdérmicos o subepidérmicos
¿Por qué nuestra preocupación por no envejecer y buscar la fuente de la eterna juventud?
Esto es, seguramente, una conducta heredada de nuestro siglo o quizás porque hemos constatado los estragos del envejecimiento en nuestros ascendientes. Sin embargo, no queremos estar desgastados ni física, ni mental, ni espiritualmente, y mucho menos morir prematuramente sin ver realizados nuestros objetivos.
Actualmente, poseemos la esperanza de vida más alta de toda la humanidad, especialmente desde que fue impactada por un Galileo conocido como el Nazareno, quien hoy, luego de 2000 años, ha determinado la secuencia de esta era. Hoy, nuestro promedio global de vida está alrededor de 74 años, un poco más o menos dependiendo del país y de las condiciones estresantes del medio ambiente. Sin embargo, estamos llamados a vivir 120 años en un óptimo estado de salud.
No obstante, la mortalidad en etapas tempranas de la vida sigue siendo un problema. Es aquí donde nos enfocamos para establecer parámetros confiables para vivir más, pero saludablemente.
Durante la segunda mitad del siglo veinte, el promedio de incremento en la esperanza de vida fue de 20 años. Son varios los factores que han provocado este aumento en la longevidad, incluyendo:
- Avances en la medicina
- Mejora en la nutrición
- Mejora en las condiciones de salubridad (Estudios de Fogel)
Estas circunstancias provocaron una situación especial en la dinámica de la población denominada ‘baby boom’. Los aspectos mencionados, en combinación con un incremento en la tasa de fertilidad en muchos países occidentales después de la Segunda Guerra Mundial, han llevado a un incremento significativo en la población de más de 65 años. Se prevé que este fenómeno se extenderá hasta el año 2030. Además, se calcula que la esperanza de vida a escala mundial se incremente en una media de 10 años para el 2050.
A primera vista, todo lo expuesto parece tener implicaciones positivas, sin embargo, no es así. Hay que tener en cuenta que los ancianos necesitarán mayor cuidado médico a medida que aumenta su edad. Las enfermedades crónicas degenerativas tienen una mayor incidencia en la población de mayor edad. Enfermedades como:
- Artritis
- Enfermedades cardíacas
- Cáncer
Estas enfermedades contribuyen a la discapacidad global y a la reducción de la calidad de vida. Consecuentemente, se producen incrementos en la carga sanitaria. Por ello, es necesario tomar medidas para reducir o aplazar la necesidad de atención médica a largo plazo y la dependencia del sistema de salud.
Datos del Census Bureau de Estados Unidos:
- La proporción de la población con una edad igual o superior a 65 años aumentó un 12.4% en el año 2000 y llegará al 19.6% en el año 2030.
- El número de personas con una edad igual o superior a 65 años creció de 35 millones en el año 2000 a 71 millones en 2030.
- El número de personas con una edad igual o superior a 80 años pasó de 9.3 millones en 2000 a 19.5 millones en 2030.
- En 1996, los estados más poblados de Estados Unidos tenían el mayor número de personas ancianas. Nueve estados (California, Florida, Illinois, Michigan, Nueva Jersey, Nueva York, Ohio, Pensilvania y Texas) tenían cada uno más de un millón de residentes de 65 años o más.
- En 1995, el 15% de la población de cuatro estados tenía 65 años o más; Florida tenía la mayor proporción, con un 19%.
Nuestro principal enemigo en el envejecimiento es el tiempo, y contra él buscamos soluciones. Muchos científicos del mundo están enfocados en esta área de la medicina: la medicina de la longevidad, pero con una base en la nutracéutica, es decir, suplementando nutrientes con efectos terapéuticos. Estos han llegado a ser un arsenal terapéutico en la medicina tal como la conocemos, basada en la evidencia científica.